domingo, 3 de agosto de 2008

Últimas funciones

Tengo que hacer una confesión. Como probablemente la mayoría lo saben, regresé a México hace unas semanas. En teoría, esta entrada, y cualquiera a partir de ahora, sale sobrando. Porque el propósito del blog era narrar pedacitos de mi vida durante mi estancia en Boston. Pero debo admitir que me he encariñado mucho con él, y ahora me cuesta dejarlo.
Una opción sería continuar escribiendo, sólo que ahora sobre mi vida quí, en el mismísimo huacal. No obstante, aceptémoslo, la cuestión en el DF no está tan emocionante. Fuera de la reforma petrolera y el Nius Divain, no hay tanto de qué hablar. Y ni qué decir de Cholula. No porque en sí las dos grandes metrópolis sean aburridas, ni mucho menos. Jamás osaría decir cosa así de ninguna de ellas. El problema soy yo. A decir verdad, me costaría trabajo encontrar cosas emocionantes que platicarles sobre mi vida en estas tierras. Así que esa opción queda descartada.
La otra posibilidad es darle un buen cierre a este blog. Terminar mi lista de consejos para los futuros visitantes, agregar unas notas finales, y despedirme. Eso es lo que voy a hacer. No solamente porque sospecho que mis tips pueden resultar de extrema utilidad para los futuros usuarios de la universidad, sino también porque estoy de vacaciones y no tengo mucho más que hacer.
Así que en los siguientes días, voy a terminar las entradas que tengo a la mitad y escribir unas nuevas, para despedirme de este blog como el Dios de la Academia querría: con elegancia y con rodeos.