jueves, 7 de mayo de 2009

Research y procrastinamiento

En mi columna pasada hablaba sobre el problema que enfrentamos los alumnos udlescos cuando, tras una vida de paz, comprensión y tolerancia, de pronto resulta que hay que escribir tesis. Como decía, no es ni necesario ni conveniente, por no mencionar que no es moral ni legal, comprarla. Teniendo ciertas estrategias a la mano la escritura de la tesis puede resultar una experiencia casi tan relajante como el resto de la licenciatura. Para esto, hablaba de dos conceptos importantísimos: research y procrastinar.

Research se refiere, como podrán imaginar, a la investigación académica. En la jerga universitaria el término tiene connotaciones distintas a las que en la UDLAP estamos acostumbrados. Sucede que en algunas universidades la investigación es el pan cada día. Tanto maestros como alumnos dedican jornadas enteras a hacerse elevadas preguntas y responder con réplicas a la altura. Luego, los académicos publican sus papers en alguna revista especializada o los presentan en conferencias ante la congregación de expertos. Esta actividad, por ajena que nos parezca desde los verdes campos y alegres bares de Cholula, es bastante bien vista en la comunidad de eruditos. Si se siguen las reglas al pie, la research no sólo es fuente de ingresos y causante de la admiración del resto del gremio de los sabios, sino que además provee al estudiante en cuestión con una herramienta básica: la razón de ser.

Cuando alguien se consagra como resercher, su existencia académica queda justificada y nadie cuestionará su eterna estancia en la universidad. Si lo que queremos es prolongar nuestra época de estudiantes la tesis presenta la oportunidad perfecta. Todo lo que debemos hacer es desarrollar una investigación sobre un tema relevante, o convencer al resto del mundo de que eso estamos haciendo. Una vez que nuestros profesores, nuestros padres y patrocinadores, y cualquier otro actor relevante, queden convencidos de que estamos haciendo investigación, lo demás es fácil y podemos pasar al segundo concepto: procrastinar.

Procrastinar significa posponer. Que más que nada vendría siendo lo que la sabiduría popular denomina “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”. En condiciones normales esta actitud puede acarrear miradas, comentarios o acciones desaprobatorias por parte de actores externos (“Si no te gradúas en este, tu décimo sexto semestre, dejaré de pagar la colegiatura”, dice un padre irracional). La cosa cambia cuando el mundo está convencido de que eres un researcher, pues todos tus actos procrastinatorios pasarán desapercibidos.

La siguiente semana hablaré sobre cómo poner en práctica la estrategia del estudiante investigador. Por ahora basta con que repitas en voz alta las siguientes premisas, básicas de todo académico comprometido.
1) Hacer research es un trabajo real
2) Nunca quiero dejar la universidad. Cuando acabe mi licenciatura, haré maestría, doctorado, y después post-doctorado. Si algún día, Diosnoloquiera, me tengo que graduar, seré profesor. Y jamás dejaré de hacer research, y cuando muera mi asesor heredaré su lugar y seré la luz y guía de mis asesorados

Aprehender estas proposiciones será tu llave para el mundo de la simulación erudita y, por lo tanto, la extensión de tu visa de estudiante durante un par de semestres adicionales.