miércoles, 22 de octubre de 2008

Hábitos Nocturnos

Últimamente he pensado en cómo la situación (económica y de inseguridad) en México va a afectar los hábitos nocturnos de los estudiantes de la UDLA. Digo va a afectar porque hasta ahora no he notado mayores cambios. Si uno camina por Cholula en las noches, notará fácilmente, y quizá con cierto desagrado, que aunque en el resto del país la cuestión se tambalea, acá el raving, el freseo y el perreo continúan en su intensidad acostumbrada.
Me cuentan que en Michoacán y Veracruz los narcos tienen prácticamente tomados los antros, y se ha vuelto tan riesgoso salir que la gente está confinándose a los precopeos caseros. Ni qué decir del DF, donde lo ocurrido en el Nius Divain trae a varios en ascuas y con los pelos de punta.
No entiendo por qué a mis colegas no les espanta la posibilidad de una embestida policial. Quizá sea que los oficiales a caballo de Cholula o los polis de la UDLA en sus patines del diablo motorizados evaporan cualquier dejo de desasosiego.
Aunque, admitámoslo, la renuencia de algunos a salir a los antros tiene poco que ver con los narcos o con el miedo a una redada en El Tigre. Más bien hemos encontrado en el clima de inseguridad la excusa perfecta para justificar la ñoñez inevitable que nos remite a una reunión para ver el debate de los candidatos gringos. Con unas chelitas, claro está, para disimular, porque no vaya a ser el diablo que nos quieran tachar de poco chidos.
Aún así, resulta sorprendente la inmunidad de varios de nosotros ante los problemas que enfrenta el país. El otro día Brayan pagaba una cuenta de 4,000 pesos en el antro y yo pensaba que nomás no salen las cuentas, güerito. Si a eso le sumamos la desgana de algunos para suspender un par de vicios estupefacientes, al menos temporalmente como muestra mínima solidaridad, pareciera que en la UDLA, a ratos, estamos blindados ante contrariedades mundanas como una crisis económica o una guerra contra el narcotráfico.
No propongo encerrarnos en nuestras casas. Pero bien debiéramos buscar la forma en que, de menos, nuestras acciones no colaboren a la inestabilidad actual. Por un tiempo, nos apretamos. Dios mediante pronto podremos regresar a reguetonear en el Nius Divain.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Marce, tengo frío...

Anónimo dijo...

oye marce pero nadie nos preguntó a la ciudadanía con respecto a esa lucha contra el narco, el presidente asumió que eso queríamos, y no es mi caso, así que no veo por qué deberíamos solidarizarnos con algo en lo que no creemos