miércoles, 25 de junio de 2008

Los primeros dias

Una vez que llegamos, desempacamos, y nuestro acompañante se fue de regreso a México, hay que establecernos. Los primeros días son básicos, son la fundación para que el resto de la estancia sea provechosa, agradable y economicamente sustentable. ¿Qué hacer?

1. Socializa: Pero hazlo con cuidado. No esperes jamás que la socialización aquí resulte parecida a aquélla en cualquier otro lugar. Disimula. Pretende que entiendes de lo que la gente habla en la sobremesa. Finge disfrutar la fiesta de celebración del resultado de las elecciones primarias de los demócratas. Al principio puede parecer absurdo, frustrante y aburrido. Pero poco a poco le agarrarás el gusto, y te volverás tan ñoño como la mayoría de tus compañeros, si no es que fue precisamente tu ñoñez la que te trajo aquí en principio.

2. Aprende a confiar: Como mexicanos y, en especial, como chilangos, nuestra tendencia inicial siempre será la de protegernos a toda costa del agua de la llave. Es un asunto de evolución: la lucha por la supervivencia nos lo ha enseñado, nuestra abuela y nuestra mamá lo han dicho constantemente. Pero es hora de dejar ir esa fobia, explorar nuevos paradigmas. Confía en el agua de la llave. Estás en el primer mundo, no morirás de cólera si la pruebas, y en cambio te ahorrarás varios billetes por no comprar agua embotellada.

3. No te agobies por el cruce de las calles. Uno cree que los gringos son bien propios y que los mexicanos somos los únicos salvajes que cruzamos la calle en donde se nos ocurra y sin esperar al semáforo. Error. Los bostonianos, al menos, son iguales. Así que no se apene, cruce en donde se le ofrezca cruzar.

4. Hazte amiga de tu RA, o moderador. Siempre ten en mente que es él quien tendrá la llave de tu cuarto y te podrá dejar entrar cada vez que la olvides dentro sin cobrarte la despiadada cantidad de 20 dólares por tu inocente distracción. Más que nada recuerda que, al menos si vives en Child Hall 2 piso, probablemente será el único entre tus vecinos que te dirija la palabra. ¡Aprovéchalo!

5. Hazte amiga de Alberto, Estela, Santos y José, los latinos que trabajan en el comedor. Te cantarán Cielito Lindo de vez en cuando, te darán comida gratis cuando te vean en necesidad y en ocasiones se sentarán en tu mesa a acompañarte a cenar (también cuando te vean en necesidad, es decir, cuando les de tristeza verte comiendo como una sinamigos solitaria).

6. Suscríbete al gimnasio: Es gratis, y te sorprenderán todos los beneficios que te puede traer, aún si jamás se te ocurre pararte por ahí a ejercitarte.
a. Cada bicicleta te contiene una televisión. Tiene 99 canales, ahí mismo te prestan los audifonos y, lo mejor de todo: ¡funciona sin que tengas que pedalear!
b. Llévate una botella de dos litros de Coca Cola para rellenarla con el champu gratis de las regaderas. No tiene aroma de flores de campo o frutas tropicales, pero es también para el cuerpo, así que no tendrás que comprar ni shampoo ni jabón durante tu estancia aqui, ni probablemente durante tus primeros seis meses de regreso en México.
c. Toma prestada una toalla de las clases de spinning, y llévatela a tu cuarto. De esta forma tendrás toalla durante todo el semestre y te ahorrarás espacio en la maleta de ida y de regreso. Regrésala el ultimo día, porque si no ya es abuso de confianza.

7. Des-anaca tu lenguaje. Aprende a pronunciar, de mínimo, los nombres de los lugares claves, para evitar conversaciones bochornosas. La cafetería, Coop, se pronuncia “cup” y no “cop.” La papelería, Staples, es “steipols” y no “estaples.” Estos detalles, aunque parecen cosa de nada, pueden llevarnos a convertirnos en el motivo de burla para nuestros interlocutores. Evitémoslo, pues, al grado en que nos sea posible.

Antes de desatar rumores que me ocasionen la perdida del cariño (o, incluso, del respeto) por parte de mis queridos usuarios, quiero aclarar que yo no hize muchas de las cosas que aqui menciono. Sólo son ideas que se me ocurren por si alguien se encuentra en situaciones desesperadas.
En específico, no rellené mis botellas con champu que huele a detergente, no tomé prestada una toalla para usar durante el semestre, y NO pronuncié mal los nombres de los lugares en frente de mis nuevos colegas. Twick twick.
PD: ¿Alguien quiere de souvenir una toalla blanca, de tamaño mediano, con la insignia del gimnasio Hemenway?

4 comentarios:

Eric Uribares dijo...

A mí me interesa el shampus. Pero 2 litros me da la desconfianza, me podrías traer tres prociones envasadas en huevitos kinder?

gracias.}

por cierto, ahora estoy en:

http://asidebarbas.blogspot.com

Anónimo dijo...

No puedo dejar de reir. NO PUEDO. Numero 6, wow.

.Cech. dijo...

orales que buen blog, tendre en cuenta todos esos detalles jeje

Anónimo dijo...

Faltó el detalle de nunca temer el no poder aguantar la noche estudiando, ya que nuestros amigos los coffee stations están para rescatarnos