viernes, 7 de noviembre de 2008

La gorra

La situación está canija. Con los precios del petróleo por los suelos y los del maíz por los cielos, llegan las decisiones obligadas: ¿otra chela, o la cena?
Y es que desden antes de la crisis ya estaba difícil. La UDLAP no se caracteriza por ser barata. A esto le sumamos renta, policopias, super y la parranda, y terminamos con cantidades exorbitantes. Aún con beca, el costo que representamos para nuestras familias es, vaya, modestamente elevado. Al menos a algunos, y por lo menos a ratos, nos entra el gusanito de lo caros que salimos y nos dan ganas de echarle una manita a nuestros patrocinadores.
Podríamos conseguir un trabajo… pero quita mucho tiempo. Mejor no hay que. Mejor vamos a hacer valer el dinero que alguien paga por la colegiatura, aprovechando más los recursos. No me refiero a nimiedades como asistir a clases, hacer tarea o frecuentar la biblioteca. No, yo hablo de cambios de base: sacar del fondo del alma la gorronez que habita en todos.
Nuestra condición privilegiada quizá haya hecho que olvidemos el arte de gorrear, o que lo releguemos al terreno de “lo naco” (Dios nos libre de caer en él). Pero en nombre de la solidaridad, dejemos de lado estas quisquillosidades y entrémosle, como buenos mexicanos, a la nacolinez. Aquí, una serie ejemplos de maximización de los recursos:
En colegios residenciales…
o No compres champú, trae una botella vacía y llénala con el de todas las demás. De a poquito, para que no se note.
o Aplica lo mismo con otros productos de belleza y alimenticios.
o Cuela tu ropa entre la de alguien más, para que sin darse cuenta la metan a lavar y no gastes jabón.
En el comedor…
o Recuerda: los totopos son gratis. Ponlos en servilletas, remójalos en aderezo y atáscate. De postre: bolillo endulzado con Splenda (los sobres están junto a las cajas).
o Lleva una botella para llenarla en el garrafón. Si es necesario, envuelve más totopos en servilletas para el esnack del mediodía.
o Durante el proceso anterior, evade contacto visual con cajeros o cocineros para evitar momentos incómodos. Se recomienda cubrirse lo más posible para impedir que los compañeros nos reconozcan.
Miscelánea
o No gastes gas ni agua: vente a bañar a los vestidores del gimnasio. Para lavarte usa el jabón que hay en los lavamanos, huele bien rico.
o Irrumpe en los archivos necesarios para averiguar dónde hay eventos (exámenes, conferencias). Apersónate, camuflajéate y apaña canapés. Lleva topergüers y, cuando estés satisfecho, llénalos y sal corriendo sin voltear atrás.
Con estos trucos, y otros a tu imaginación, sin duda bajarás los costos de vida. Y así ni te tienes que preocupar de molestias como reducir tu consumo de alcohol u otros vicios, tu inversión en antros o tiendas, ni demás gastos indispensables. Tú tranquilo, Dios proveerá. Okey, las estrategias propuestas podrían parecer algo burdas. Pero aceptemos que la sabiduría popular no miente. En el fondo, a la gorra no hay quién le corra.

2 comentarios:

SG dijo...

jajaja... excelente post... te imagino haciendo eso... pues por aca tambien tienes que economizar en todo, sobre todo cuando uno mismo se paga todo, he aprendido en el super mercado a irme directamente a las marcas blancas... o por ejemplo, un dia caminando hacia mi casa (iba con una compi de piso) y me encontre tirado un porta zapatos tirado fuera de una zapateria, de esos donde estan como exposicion y estaba super animado a llevarmelo a casa cuando mi compañera e piso me dijo: sin duda... actuas como madrileño, recogiendo basura jajaja... la neta dude en llevarmelo, pero a final de cuentas me lo lleve... para que a los dos dias terminara de nuevo tirado...

Marcela Orraca dijo...

Salvador, me parece excelente que hayas entendido a la perfección el concepto del post. Pero, sobre todo, que te mantengas en el terreno de lo legal. Cuando yo estuve en Europa llegué al punto de hurtar algunos artículos de bajo valor en el super, para comérmelos. Vergonzozo y reprobable, me arrepiento mucho y ya no lo he hecho. Pero un porta zapatos que está ahi, tan solito, sin dueño.... es tu deber apadrinarlo.