La vida académica en Harvard es toda una religión. Y como cualquier religión, tiene sus normas de conducta claramente establecidas. Aunque no he encontrado el testamento por escrito, estoy segura de que en algún lugar lo tienen guardado. No dudo un segundo que los académicos bien acomodados se reúnen los domingos a adorar al Dios de la investigación en un altar en la biblioteca, y tienen sus rezos y cánticos para orar y pedir por la inteligencia y el buen juicio del mundo. El pastor ha de decir algo así:
"Hermanos, nos encontramos aquí reunidos para celebrar la alabanza y gloria de la templanza y el conocimiento. No temáis a la obscuridad del socialismo. En cambio, reconoced en vosotros la luz de la sabiduría para iluminaros, para mostrar el camino fuera de aquellas tentaciones, para nuestro bien y el del resto del mundo. Esparcid en el sur la vid de vuestro conocimiento, que habéis cosechado en la viña del norte del señor. Citaos los unos a los otros.* Cread bibliografías y notas al pie que sean más vastas que vuestros textos. Inventaros las preguntas que os permitáis luego proveer las respuestas. Aplaudios los unos a los otros, reconoced vuestros aciertos como hermanos."
También, estoy segura, tienen por ahí escritos los diez mandamientos de los académicos en Harvard, que, me imagino yo, han de ser algo así:
- Odiarás a Yale sobre todas las cosas*
- No entablarás amistad con nadie (en vano)
- Santificarás la palabra “research” y la repetirás tantas veces como canten los gallos
- Honrarás a Friedman, a Sachs, a Stigliz y a Obama
- No dirigirás la palabra a tu prójimo
- No fornicarás
- No desearás a ningún hombre ni ninguna mujer, y te concentrarás en estudiar, y no levantarás la vista de tus libros para que el deseo mundano no invada tu cuerpo.
- No pactarás con Chávez, Castro, Ahmadinejad o Lucifer
- No defenderás a los infieles como Osama o Hussein
- No cometerás plagio, y en cambio repetirás todo lo que han dicho los otros pero siempre pondrás un pie de nota que indique que lo han dicho los otros.
* Ambas frases en co-autoría con Pepe Flores. (Hay que reconocerlo, porque no quiero que me tachen de infiel que plagia sin citar)
1 comentario:
De todas, estoy convencido de la 6 como único método concetrar al espíritu en tareas provechosas.
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