miércoles, 21 de mayo de 2008

Planes de verano

Al fin terminé. Ayer tuve mi único y por lo tanto último examen. Y pues ya, Dios dirá. Lo bueno es que la asistente del profesor (lo que viene siendo la Teaching Assistant o ti ei por sus siglas en inglés), es venezolana y ya la convencí de la importancia del compatriotismo entre latinos. No se crean amiguis, es broma, aquí esas cosas no pasan.
El caso es que acabé. A diferencia de todos los demás que terminaron, no me sentí contenta. Al contrario, me dio tristeza saber que ya no soy alumna en Harvard. Tan agradable que fue... Pero ahora sí que ya se me cayó el teatrito, con todo y sus conferencias. Además, como ya acabaron clases y exámenes, mis nuevos amiguitos están emigrando a diversas partes del mundo a hacer research (claramente) durante el verano.
Ayer fui con los del piso de abajo a un bar, de despedida, y resultó que irónicamente conocí a un nuevo vecino: un alemán, que mide como tres veces mi estatura (si se acuerdan bien de mí recordarán que esto no es tanto). Ya sabía de su existencia, pero nunca habíamos platicado, y ayer inauguramos oficialmente nuestra amistad. Al igual que yo, tiene 22 años y se siente desubicado entre puros compañeros cercanos a los treinta, arduamente enfocados en su doctorado.
Después del bar, el alemán y yo inistimos en seguir la fiesta. Como ya era tarde (¡las 11 de la noche!) muchos se rindieron, pero logramos convencer a tres valientes, que nos acompañaron al siguiente bar. Pero ellos tres sólo se sentaron mientras el alemán y yo nos emborrachábamos con cerveza. Bueno, yo me emborrachaba, él no porque es alemán y está bien grande. La noche terminó en la sala común de su piso, tomando más cerveza y burlándonos de todos los vecinos. Fue mi nuevo mejor amigo en Harvard, pero fue una amistad fugaz, porque él mañana parte para no volver.
En fin, terminó el semestre. Y decidí que aún no es tiempo de regresar a México. No porque no extrañe, queridos todos, sino porque ya que estoy en esto, más me vale aprovechar el viajecito y ver qué se cocina por estas tierras en verano. Mi plan original, como les platiqué hace unos días, era irme a África. Y ya se me había armado el plan, me llevaban de research assistant (por supuesto) a Sudán, a ayudar a una profesora en una investigación. Pero los rebeldes de Darfur atacaron los cuarteles de la ONG- así que ya no hay proyecto, de momento.
Plan B: quedarme en Harvard. Voy a estar trabajando de research assistant (¿qué otra?) con un profesor, en la Escuela de Salud Pública. Que me acabo de enterar, y les comparto, que no viene siendo lo mismo que la Escuela de Medicina. Ahí estaré este verano, y viviendo en casa de Jane mi amiga que amablemente me ofreció posada. Y esta es la prueba de que Dios provee, porque como mi Visa de estudiante se vence proximamente, paso a ser un turista cualquiera y recibir compensación monetaria por cualquier servicio pasa a ser ilegal. Por tanto, no tener que pagar renta resulta bastante conveniente.
Por ahora, es el plan. Sé que no suena tan divertido, pero lo bueno de que no haya contrato, es que ora si que si no me hallo, pus me voy pa mi rancho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre tienes buenos punch lines, pero esta vez estuvo especialmente chistoso, jaja. P.D. ¿Diferencia entre las Escuelas de Salud Pública y de Medicina?

hederaes dijo...

Hola Marcs!!!

Hace tiempo q no te leía. Jess y yo nos botamos de la risa lo de "si no me hallo, ps me voy pa mi rancho", es muy bueno, jaja!

Que tu paquete vacacional incluya: mucha diversión, combo de amigos y cajita feliz de salario!!

Ya nos dirás q fue de postre?

Xoxo