miércoles, 2 de abril de 2008

Museillos

Estoy en deuda con ustedes. Por estar turisteando y paseando a mis visitas, no me ha dado tiempo de platicarles todo lo que he visto en estas dos semanas. Pero créanme, vale la pena. Hoy les quiero platicar de los museos.
En alguna entrada anterior hablé del Instituto de Arte Contemporáneo en Boston, que no me gustó mucho. Pero de ninguna manera quiero que se queden con esa imagen de esta hermosa ciudad. En primera, está el Museo de Artes Finas (FMA por sus siglas en inglés, ah verdad, qué profesional suena esto). Es el más grande de la ciudad, y tiene una colección grandecita de arte de varios tipos. He ido dos veces. La primera me tocó una exhibición de zapatos, muy original porque no era un cuarto, sino que por todo el museo ibas encontrando zapatos que tenían que ver con las demás exposiciones. Muy simpático. La segunda fui a la parte de arte japonés, y había una exhibición de kimonos, padrísima. Y una de grabados de sumo, bien interesante también. No lo habría disfrutado tanto si no hubiera sido por la sabia guía de Martha, aficionada de este tipo de arte.
Pero quizá aún mejor, está el Fogg, el museo de arte en Harvard. Aunque es chiquito, tiene unas obras increíbles. Y soy suertuda porque en unas semanas lo van a cerrar, durante cuatro años, para remodelarlo. Incluso voy a ir con Jane a la fiesta de clausura. Habrá música, baile y comida gratis. (Conste que lo de la comida lo puse hasta el final). Ya invité a todos mis amigos (que forman un total de como tres personas) para que vayan conmigo a gorrear comida. El león cree que todos son de su calaña.
En fin... estábamos en los museos. En Nueva York, fui al Whitney y no me gustó nada. Era la bienal, y había puras instalaciones y cuadros de arte americano contemporáneo. Y a decir verdad no encontré nada que me llamara la atención, y eso que me inserté en uno de los tours, por supuesto sin pagar, para ver si así entendía algo. Pero no, nada.
Otro gallo me cantó con el Moma y el Met. Los dos me gustaron mucho, sobre todo el segundo. La sección de arte africano está verdaderamente impactante. La mayoría son obras recientes, de los últimos treinta años. Me gustó mucho ver este aspecto de los países africanos, porque en mis clases estoy estudiando asuntos del desarrollo en África: política, economía, sociedad. Y todo es un desastre. Pero de pronto ver en estas piezas la riqueza cultural, la expresión de una de las partes más hermosas de estas sociedades, me encantó.
Algo parecido me pasó con la parte de arte egipcio. La cantidad de objetos que tienen es increíble. Y la mayoría los encontraron antropólogos del Met, en expediciones patrocinadas por esta institución. Para quien no haya ido al Met o no se acuerde, los gringos tienen ahí adentro un templo completo de Mesopotamia. Impactante. Los muros enteros, las columnas, el techo, todo. Hasta le hicieron un laguito alrededor. O bueno, una fuente, pero yo me lo imaginé como el Éufrates. Ante tal colección de objetos, hay todo un debate de qué tan justo es que los gringos tengan estas piezas. Muchos argumentan que pertenecen a Egipto o Irán, y por lo tanto debieran de estar en estos países, bajo la protección de sus gobiernos. Pero por otro lado, hay que reconocer que nadie les daría el mantenimiento que aquí les dan. Las piezas han sido restauradas y están en excelentes condiciones. Quién sabe.
Otra parte del museo que visité fue una exposición sobre Moda. Todos ustedes saben que no exactamente me caracterizo por ser vanguardista en mi forma de vestir. Eso de las elegancias y combinaciones no es mi fuerte. En circunstancias normales la exhibición de Moda habría sido una de las últimas que visitaría, después de algo muy aburrido como aviones (perdón si ofendo a alguien). Pero lo que llamó mi atención fue el título: "Blog.Mode: Addressing Fashion" En honor a este portal de internet, tenía que meterme a la exhibición. Y la verdad es que el concepto está bastante interesante. La idea es que, a diferencia de otros tipos de arte, como arquitectura o pintura, la moda está en nuestra vida diaria. Mientras que ante un cuadro podemos quedarnos sin opinar por temor a denotar nuestra incultura, ante la moda siempre tenemos una opinión que juzgaremos igual de válida que la de cualquier otro. El punto de la exhibición es invitar a los expectadores a opinar sobre las piezas, publicando sus comentarios en un blog que se puede accesar desde las computadoras en la sala. Quise participar pero no se me ocurrió nada que decir sobre los sofisticados trapitos. Pensé que no sería apropiado escribir sobre alguna otra cosa completamente aleatoria que no tuviera nada que ver con la exposición, nomás por el afán de opinar. Pero buena la idea.
Con todo lo anterior, el museo que más, más, más me ha gustado, es el Guggenheim. La pura estructura está finísima: es un cilindro, con una rampa que le va dando vueltas, y en las paredes están montadas las exhibiciones. No lo puedo describir bien, mejor si pueden vean fotos. Me tocó una exhibición de un artista chino (sí, no puedo escapar a mi Karma con los chinos) llamado Cai Guo-Qiang. El título es "Quiero creer" (I want to believe). Me gustó tanto porque es arte con contenido social, una crítica profunda a la sociedad y a los seres humanos. Creo que de los artistas contemporáneos que he conocido, es mi favorito hasta ahora.
En fin, esos fueron los museos que visité. Otro día les platico del teatro. Y luego de alguna otra cosa absurda e irrelevante como mi vecino que tiene ataques de hipo todas las noches.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quiero dar un tiro por no haber visto la exhibición de moda en el Met! No puedo creer que no lo averigüé.

Y qué bueno que pudiste ir al Guggenheim y que te gustó tanto el edificio en sí, porque eso es de lo más padre qué tiene (sobre todo cuando no todos los pisos tienen obras por estar en remodelación).

Eric Uribares dijo...

Regaleme postalitas de Polock¡¡¡¡