domingo, 24 de febrero de 2008

Propuesta indecorosa

Tuve mi primer derrapamiento en la nieve. Me deslicé graciosamente y así atravesé unos 15 metros, dejando tras de mi una estela que marcaba el camino a la pérdida de estilo. La dignidad que me quedaba se fue cayendo poco a poco, con mis fallidos intentos de levantarme y la torpeza al recoger mis humildes pertenencias. La experiencia me dejó marcada y ahora parece que tengo problemas motrices cada vez que camino, pero todo sea por no volver a azotar.
Pero bueno, para ya no echar limón en la herida mejor hablaré mal de otras personas a ver si así me siento menos mal. El viernes fui a una feria internacional en donde gente de diferentes países hacía algo relacionado con su cultura. Estuvo un poco decepcionante si la comparo con la otra feria internacional, en la que me hice amiga de los ingleses y me dediqué a tomar vino y robarme redbulls.
De pronto, una voz familiar me sacó de mis pensamientos. Al voltear, ví a un chino cantando con una pasión incalculable, acompañado por dos coristas con coreografía. No lo reconocí hasta que Ilse, mi simpatiquísima vecina alemana, me dijo que a ella también le sonaba conocido. Tras deliberar un rato nos dimos cuenta de que es la voz de nuestro vecino que nos despierta cada mañana cantando en la regadera. Sólo que las dos pensábamos que era mujer.
Después del evento, fuimos a un bar al cumpleaños de un amigo. Platicando con algunos compañeros, estaba yo comentando que entre los estudiantes de posgrado la mayoría tienen novios o novias en sus respectivas tierras natales. Y uno de ellos me dijo que sí, que es una estrategia para así concentrarse en sus estudios. De haber sabido me vengo preparada con un novio mexicano...
Pero ya vi que eso no es problema, porque un francés prontamente me dijo, "Don't worry Marcela, if you want you can be my mistress." Oh vaya, gracias por la oferta, francés, lo tomaré como un cumplido Le dije que sí y nos quedamos de ver a las 4 de la mañana en el 5 piso de la biblioteca. Espero que haya entendido que era broma porque si no... hijos, que luser.
Hablando de lusers, es inevitable regresar a mí misma. Al fin tenía una cita con Sameer y lo dejé plantado. (Que ni era cita, obviamente). Sameer y yo hicimos plan de ir al Museo de Historia Natural porque los dos sentimos que para encajar acá uno tiene que hacer esas cosas. Yo más que sentir eso sentía ganas de ir a cualquier parte con él, pero le seguí la corriente, desde luego. Y pues ya, él organizó un grupo de gente, y a la teta de mí se me olvidó por completo, me fui a unas conferencias y jamás llegué. Cuando lo vi en la noche me dijo "Te extrañamos en el museo." Y también me reclamó que me haya salido de la clase que llevábamos juntos. Me ama, ya sé. Digo, creo que como todos acá tiene novia en su país, pero en el fondo me ama.

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