jueves, 6 de marzo de 2008

Cultura de la información (cont'd)

Perdón por insistir. No es que se me estén acabando los temas, pero ¿cómo podría escribir sobre otra cosa cuando, mientras lo hago, estoy escuchando en la computadora a mi profesor? Mañana tengo mi primer examen, de World Poverty and Human Rights. Y en internet, en la página del curso, están todos los videos de las clases de este semestre. Así que pude haber faltado y ahora chutarme el curso entero en videos de alta calidad. ¿Qué daría por tener ese sistema en la UDLA, sobre todo en las clases de algún profesor francesillo por ahí, de nada mal ver?
La voz de mi profesor como fondo no es la única razón por la que hoy vuelvo a escribir sobre la cultura de la información. También porque hoy tuve varios choques culturales relacionados con el exceso informativo que predomina en este lugar.
Temprano en la mañana, al prender la computadora, me encontré con un mail del departamento de seguridad de la universidad. Con el Jesús en la boca, abrí el correo, temiendo lo peor. Pensé que se habían dado cuenta de que me robo manzanas cada noche en la cena para mis desayunos. Pero no, nada de eso. El motivo era confirmar si el día de ayer fui al gimnasio. Lo que sucedió es que fui a la clase de yoga y olvidé mi credencial en el cuarto, entonces dí mi número de estudiante y con eso entré. Para tomar la clase me hicieron firmar una forma en la que asumo completa responsabilidad si me da un paro cardiaco o me rompo el cuello en una actividad de alto riesgo, como es el yoga. Aja. Cabe señalar que ya había llenado esa forma cuando me suscribí, al inicio del semestre. Pero no podían correr el riesgo de dejarme entrar sin credencial y no tener la certeza de que hubiera asumido la responsabilidad. Freaks.
En fin, el mail que me mandaron era para asegurarse de que hubiera sido yo quien entró al gimnasio y no un intruso usando mi nombre y número de estudiante. Les contesté que sí, había entrado, y que por qué lo preguntaban. ¿Acaso había habido un acto de bandalismo o algo por el estilo? No, nomás estaban checando. Repito, FREAKS.
No fue mi único enfrentamiento con el lado obscuro de esta obsesión con la información. También lo sufrí porque se me ocurrió ir a abrir una cuenta en el banco. Los que me conocen no se asombrarán de saber que osé perder mi tarjeta de débito hace unos días. Mi sentido de desconfianza, entrenado arduamente durante 22 años de vivir en la Ciudad de México, me llevó a cancelarla prontamente, sobretodo considerando que el dinero de mi beca está en esa cuenta. El resultado es que ahora no tengo forma de obtener dinero y supuse que eventualmente eso me traería algunos problemillas.
Por cierto, quisiera destacar que al día siguiente de cancelar mi tarjeta, recibí otro de esos misteriosos mails en el que me informaban que habían encontrado mi tarjeta y podía pasar a recogerla. Yo no la reporté como perdida, simplemente alguien la encontró, averiguaron mi correo y amablemente me informaron de su paradero. Mis amigos, que me habían advertido que no la cancelara porque iba a aparecer, se burlaron de mí y me dijeron que ya es hora de que vaya dejando atrás el nopal. Yo, por mi parte, maldije mi falta de confianza en la gente.
Pero ya me desvié. El caso es que fui al banco a abrir la cuenta, y calculé que tardaría unos 20 minutos, máximo media hora. Llegué al banco a las 11:30, y tenía una conferencia (con comida incluída) a las 12. Veintitantas firmas más tarde, tras llenar hojas y hojas con mi dirección, nombre y aspiraciones en la vida, después de escoger cuatro contraseñas distintas para "maximizar el sistema de seguridad," luego de leer (o fingir que leía) una cantidad considerable de reglamentos, promesas y promociones, logré salir del banco. Era la 1. Pero eso sí: ya tenía no una, sino TRES cuentas bancarias, una chequera, una tarjeta de débito y la promesa de otra chequera (con cheques que dicen mi nombre!) y otras dos tarjetas, personalizadas con el diseño de mi elección, que en unos días llegarán por correo. Oh my. Y yo que nomás quería una cuentita simple. Nomás para poner mis humildes ahorros, poder ir al super y evitar que un día la policía me mande a mi mail una citación por robarme manzanas.
En fin. Me voy a estudiar para el examen. Mi plan es poner los videos toda la noche a ver si en mis sueños se me graba algo de lo que no estudié toda la semana por estar llenando formas en el banco y el gimnasio y recuperándome del susto que me metió la policía con su mail.

2 comentarios:

Paola dijo...

Jajaja! Como me hubiera gustado que a mí me contestaran una de las 50000 llamadas que hice el lunes, para decirme que habían encontrado mi cel! Será acaso (como tú dices) q yo estoy en el tecer y tú en el primer mundo???

Saludines =)

JAIME.ORRACA dijo...

Como te fue en el exmane..... te funciona eso de estudiar dormida??????????????????????.....
TOK4u